Una mirada rápida a avances y retrocesos en el contexto de la pandemia

A lo largo de la última década, América Latina y el Caribe (LAC) ha progresado considerablemente hacia el empoderamiento de las mujeres: aumento de la participación laboral de la mujer- aunque todavía se sitúa por debajo de la de los hombres-, incremento del acceso a los sistemas de protección social- aunque un gran porcentaje sigue quedando excluido por la naturaleza de sus actividades como se menciona más adelante-, mayor acceso a la educación – aunque el rezago sigue siendo importante en la región- y se evidencian avances en liderazgo y participación política de las mujeres, por ejemplo en Chile, la nueva Constitución está redactada de forma paritaria.
EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LAS MUJERES
A pesar de los avances, las mujeres continúan siendo un grupo de población de los más vulnerables y afectados por la pandemia de COVID-19, a pesar de tener a menudo un nivel de educación más alto que los hombres: sufren de manera desproporcionada en las áreas de seguridad, salud, participación laboral, desempleo e incluso acceso a la educación formal.
AUMENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
• El impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19, ha provocado un aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas por las restricciones de movilidad y las medidas de emergencia: en centroamérica la violencia doméstica aumentó durante el segundo trimestre de 2020 en comparación con 2019 (PNUD, Infosegura).
• El insuficiente número de denuncias, dificulta la respuesta y la recopilación de datos, ya que menos del 40% de las mujeres que sufren violencia buscan ayuda o denuncian el delito. De las mujeres que sí deciden solicitar ayuda, menos del 10% se dirigen a la policía (UN, 2020).
• Las restricciones de movilidad han incrementado el uso de las TIC. La evidencia demuestra que la ciberviolencia afecta de manera desproporcionada a mujeres, niños, niñas, adolescentes y jóvenes ocasionando un impacto de forma duradera en su salud y bienestar físico y mental, así como en su desarrollo social y económico.
FALTA DE ACCESO A SERVICIOS BÁSICOS
• Se esperan al menos 20 años de regresión en las necesidades insatisfechas de planificación familiar para fines de 2021: las niñas y las adolescentes corren un mayor riesgo de sufrir violencia de género, matrimonio infantil y uniones tempranas, acceso limitado a la salud sexual y reproductiva y a los servicios sociales básicos. (UNFPA, 2020).
• Es probable que orille a las mujeres a pagar sobornos con fines sexuales para acceder a los servicios públicos de salud, como de seguridad, justicia y educación.
AUMENTO DE LA CARGA FAMILIAR, EXCLUSIÓN LABORAL Y DESPROTECCIÓN SOCIAL
• La carga de trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres aumentó con el cierre de escuelas y las medidas de encierro.
• En tiempos de pandemia soportar la carga familiar excluye a las mujeres del sector económico incrementando su dependencia y sometimiento hacia la pareja.
• Quienes continúan trabajando pueden enfrentarse a situaciones de explotación laboral, con largas jornadas, como sucede con las trabajadoras de la salud o las trabajadoras en situación de movilidad humana en el sector sanitario.
• Menos del 45% de las mujeres empleadas tienen acceso a la seguridad social (CEPAL, 2019)
• De acuerdo a las cifras de la OIT, 126 millones de mujeres trabajan de manera informal en América Latina y el Caribe. Esto equivale aproximadamente a la mitad de la población femenina de la región lo que se traduce en inestabilidad laboral, bajos ingresos y falta de mecanismos de protección esenciales en una crisis como la actual (UNESCO, 2020)
LAS MUJERES ESTÁN EN MAYOR RIESGO DE PÉRDIDA DE EMPLEO Y EN PRIMERA LÍNEA DE ATENCIÓN
DESEMPLEO Y PROTECCIÓN SOCIAL
• El 57% de las mujeres en América Latina y el 54% en el Caribe trabajan en industrias mucho más propensas a las crisis económicas y con menos protecciones en lo que respecta a los derechos laborales y de otro tipo: servicios y comercio mayorista y minorista (ILO, 2018).
• Las mujeres trabajadoras están empleadas en el comercio, restaurantes, hoteles y trabajo doméstico. Estos son los sectores más afectados y los empleos menos protegidos en la crisis económica desatada por el coronavirus (UNESCO, 2020).
• Por lo tanto, gran parte de mujeres latinoamericanas y caribenas va a dejar de percibir sus ingresos en momentos especialmente difíciles. Esto podría ahondar aún más la brecha económica que separa a hombres y mujeres. Actualmente, por cada 100 hombres que viven en la pobreza extrema en América Latina, hay 132 mujeres (UNESCO, 2020).
• Las mujeres representan el 73,2% de los empleados en el sector de la salud y el 70,4% en la educación (CEPAL, 2019).
LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN: DISTRIBUTION OF THE WORKING POPULATION BY ECONOMIC RISK AND SEX, AROUND 2019 (CEPAL, 2019)

HACIA UN FUTURO MÁS IGUALITARIO
· En el largo plazo, si no actuamos hacia una recuperación transformadora de América Latina y el Caribe las mujeres pobres pueden verse obligadas a la mendicidad y a adoptar estrategias de confrontación negativas:
o Feminización de la pobreza en ALC.
o Falta de acceso a la educación, regazo y deserción escolar de las mujeres y las niñas, también por la violencia en línea.
o Debido al desempleo, la recesión económica y la falta de recursos para cubrir las necesidades básicas de las familias, puede incrementar la corrupción sexual, la prostitución forzada o la explotación sexual.
o Incluso los matrimonios forzados y la trata de personas podrán incrementarse ante la falta de capacidad para subsistir.
Quieres más información, contacta a Ingrid Hernández, consultora independiente especializada en asuntos de población y desarrollo.
INGRID HERNÁNDEZ-ARDIETA BOIX
CONSULTORA INDEPENDIENTE ESPECIALIZADA EN POBLACIÓN Y DESARROLLO